24 septiembre 2015

DIY: Tutorial para hacer tus propias copas personalizadas para tu boda

Con el sorteo del primer aniversario del blog en marcha, hoy vengo con otro tutorial que espero que os guste. Por cierto, los que aún no hayáis participado en el sorteo, estáis a tiempo hasta el día 2 de octubre (el que avisa no es traidor).


Volviendo al tema, hoy traigo un tutorial para personalizar vuestras propias copas para el brindis el día de la boda. También es un regalo bastante sencillo y barato de hacer y un recuerdo muy bonito para cualquier pareja amiga o para una boda cercana en la familia.


18 septiembre 2015

Sorteo Primer Aniversario de "Yo diré que SI" ¡¡¡100.000 Gracias a tod@s!!!

En "Yo diré que SI" estamos de celebración. Este año 2015 no sólo ha sido importante para mi porque al fin llegó nuestro DÍA B, sino que ya hace un año que empecé con este pequeño proyecto del blog y del que cada día sois más los partícipes.

Por si fuera poco, el contador ya ha superado las 100.000 visitas y no puedo estar más contenta.

Como es de bien nacido ser agradecido, he decidido hacer mi primer sorteo entre los seguidores y seguidoras del blog, para así celebrarlo como Dios manda.

11 septiembre 2015

Alfileres para regalar a las mujeres de tu boda. Plantilla descargable y tutorial para hacer un porta alfileres DIY

Hoy en el blog os traigo tutorial y plantilla. Tutorial para hacer un porta alfileres original, DIY, para los alfileres que regaléis a vuestras invitadas en vuestra boda así como la plantilla para acompañarlo.

07 septiembre 2015

LUNA DE MIEL. ULTIMA PARADA: HAWAII (DEL 23/07 AL 27/07). ÚLTIMO DÍA+DESPEDIDA

Amanecimos en el que fue nuestro último día en Hawaii. Recorrimos la capital, Honolulu, para ver algunos de los lugares míticos de la ciudad.


LUNA DE MIEL. ÚLTIMA PARADA: HAWAII (DEL 23/07 AL 27/07). DÍA 3

En nuestro tercer día, domingo, acudimos a un mercadillo que hacen en el Aloha Stadium. Por fuera del campo de fútbol montan un mercadillo bastante grande y todos los artículos están mucho más baratos que en las tiendas de Waikiki.


LUNA DE MIEL. ULTIMA PARADA: HAWAII (DEL 23/07 AL 27/07). DÍA 2

Tocaba madrugar para ir hacia Hanauma Bay, una reserva natural a la que hay que ir con tiempo si se quiere disfrutar antes de que se plague de turistas.

De camino se divisaba el Diamond Head, un volcán extinto en el que existen un par de senderos o rutas para caminar hasta llegar a su cima. Nosotros no fuimos por falta de tiempo, aunque no nos hubiera importado quedarnos un par de días más para terminar de conocer mejor la isla ;)


LUNA DE MIEL. ULTIMA PARADA: HAWAII (DEL 23/07 AL 27/07). DIA 1

Nuestro primer día al completo en Oahu queríamos dedicárselo a toda la zona norte de la isla (North Shore). Si tenéis coche de alquiler y varios días, podéis dedicar un día a cada parte de la isla.

La costa norte es la costa de los nativos y de los surferos por excelencia. No son playas tan turísticas y en muchas de ellas el baño es peligroso durante todo el año, pero especialmente de octubre a marzo (la época donde las olas son mejores).


LUNA DE MIEL. ULTIMA PARADA: HAWAII (DEL 23/07 AL 27/07). LLEGADA A OAHU

El despertador es menos despertador cuando te despiertas sabiendo que vuelas a Hawaii. Es lo típico, lo piensas o lo dices y suena a coña marinera. Pero sí, era un sueño hecho realidad para los dos y allí estábamos, vistiéndonos y cogiendo el equipaje para marchar rumbo a Oahu. Sólo íbamos a estar 4 días así que nos quedábamos únicamente en la isla de Oahu para aprovechar al máximo nuestra estancia allí.

El vuelo desde Los Ángeles son, nada más y nada menos, que 6 horitas. El mayor desfase horario con respecto a España lo íbamos a sufrir allí (11 horas respecto de la Península y 10 respecto a Canarias). Ya algunos de los auxiliares de vuelo y alguna azafata llevaba los típicos collares hawaianos. También nos hicieron cumplimentar un cuestionario (diferente al que te hacen cumplimentar cuando vas en el avión hacia Estados Unidos) para asegurarse que no vas con ningún bicho vivo en la maleta que pueda fastidiarles sus ecosistemas.

Al llegar al aeropuerto ya flipas... se escucha música hawaiana y en el aeropuerto hay jardines y la vegetación se ve exuberante. A los que venían con algún viaje organizado nada más llegar le colocaban su collar de flores típico. Vas al baño... ¡y hasta los muñequitos de la señalética llevan flores en el pelo y camisas hawaianas!




Pillamos nuestro coche de alquiler (al final nos dieron uno más grande del que en verdad habíamos contratado en un inicio sin coste alguno). Habíamos sacado el carné internacional de conducir aunque no nos hizo falta. Hay foros en los que dicen que según el día que tengan las oficinas de alquiler, o la policía hawaiana, pueden pedirte el carné de conducir internacional pero a nosotros sólo nos pidieron el que usamos en España normalmente.


Con la información que nos dieron en la oficina de alquiler de coches nos orientamos genial y, aparte, obtuvimos mucha información extra. Ahora que echo la vista atrás, alquilar un coche en Hawaii es prácticamente imprescindible si quieres salir del hotel, conocer la isla y sus rincones y playas de ensueño.

Llegamos al hotel: Hilton Hawaian Village, en Waikiki (Honolulu, capital de Oahu). El hotel es impresionante y tiene muy buenas vistas (según la torre en la que te toque). Si bien pasa lo mismo que en Las Vegas, esto es, las piscinas no son nada del otro jueves, las instalaciones son una pasada.

¡OJO! Ya nos habían advertido que había que pagar un suplemento o tasa por persona y noche. Además de esa cantidad, que la cargamos al final de nuestra estancia a la tarjeta de crédito, había otro pequeño problema más. En Honolulu es prácticamente imposible aparcar, al menos, gratis. Por la zona del hotel no había parking público y, el más cercano (que era un buen pateo) era de pago. El hotel tenía parking pero te cobraba 30 dólares por día de uso de parking. Entramos por el aro y lo pagamos porque no queríamos dejar nuestro coche excesivamente lejos del hotel pero os lo advierto para que no os coja por sorpresa. Hicimos una cola larguísima para hacer el check in pero, al menos, el wifi era gratis.





Irse de luna de miel por EEUU no es igual que irse al Caribe. Aunque pedimos en los hoteles algún detalle especial por estar de luna de miel, no nos hicieron nada especial, ni siquiera, una cesta de frutas en la habitación. Como mucho, nos cambiaban a una planta más alta, o bien, nos cambiaban camas separadas por una king size (lo cual dista mucho de cómo preparan las habitaciones de recién casados en otros destinos turísticos...).

Según nos acomodamos en la habitación, fuimos a comer algo cerca del hotel. Probamos el famoso "loco moco" hawaiano, que no es más que un plato a base de arroz, carne de hamburguesa como con salsa y huevos fritos. No nos gusto nada. Por suerte, en esos días probaríamos otros platos de la cocina hawaiana que nos encantaron.

Ese día lo dedicamos a disfrutar del hotel, de su playa y piscina y de conocer un poco las instalaciones, además de pedir cierta información sobre algún show interesante que ver en la ciudad. Estábamos en Hawaii y no podíamos creerlo.




LUNA DE MIEL. TERCERA PARADA: LOS ANGELES (DEL 20/07 AL 23/07). DÍA 2

Nos despertamos con energía. A pesar de que Los Ángeles no era la ciudad que más nos gustaba de nuestro viaje, confiábamos en que la zona de la costa nos iba a encantar. Efectivamente, así fue.

Tomamos el metro y, a continuación, pillamos la línea del bus que iba en dirección Santa Mónica desde el Teatro Chino. El trayecto se hace largo pero al llegar, mereció la pena.

Paramos justo en la entrada hacia el muelle de Santa Mónica. La playa era exactamente igual que en las pelis o en la serie de "Los Vigilantes de la Playa". El muelle es súuuuuuuper animado. La gente va y viene, los bares y restaurantes están a tope, al igual que las tiendas, y hay un parque de atracciones (Pacific Park), cuya montaña rusa es la única en el mundo que funciona con luz solar.







El muelle también es famoso por la escena de "Forrest Gump" en la que Tom Hanks llega hasta el final del muelle de Santa Mónica, cuando cruza corriendo el país de costa a costa, da la vuelta, y continúa corriendo de nuevo por todo el país. De hecho, el restaurante de la franquicia Bubba Gump, situado en el muelle de Santa Mónica tiene algunos souvenirs y te permite sacar una foto similar a la del cartel de la película.




Otra singularidad del muelle de Santa Mónica es que en él termina la famosa "Ruta 66", la tradicional ruta que cruza el país de costa a costa por la antigua carretera federal.



Cuando llegamos allí había un grupo de percusión actuando en directo y sacamos muchísimas fotos. Me llamó la atención también el hecho de que los coches de policía llevan tablas de surf (je,je).





Nos apetecía hacer algo diferente y alquilamos un tándem. Con el fuimos pedaleando hasta Venice Beach. La playa nos encantó pero mucho más su paseo marítimo. Es súper divertido. Hay muchos chiringuitos y tiendas donde venden ropa y accesorios muy originales. También es famoso en el paseo de Venice el Muscle Beach Venice, una zona con aparatos para hacer gimnasia en la playa, donde se supone se dejaba ver Schwarzenegger.





Tocaba comer algo antes de volver al bus, así que decidimos comer en el Bubba Gump. La vista de la Playa de Santa Mónica está muy bien y las gambas estaban muy ricas (y las margaritas que sirven también).





A la vuelta a la parada de inicio, la del Paseo de La Fama, buscamos la estrella de una de mis actrices favoritas y de los cantantes favoritos de Juan Carlos: Audrey Hepburn y Frank Sinatra. Pedimos en la oficina de información turística un mapa de dónde están las estrellas del Paseo de la Fama ubicadas y nos lo dieron gratis. Si os intentan vender el mapa, no lo compréis, es gratis si lo pedís en esa oficina que está cerca del Teatro Chino.



Tocaba cenar algo y retornar al hotel para hacer las maletas. Al día siguiente partíamos hacia Oahu (Hawaii). Si bien Los Ángeles no fue, ni de lejos, el mejor destino que visitamos durante nuestro viaje, la zona de Santa Mónica y Venice nos gustó mucho. Lo recomiendo especialmente para cinéfilos empedernidos.


LUNA DE MIEL. TERCERA PARADA: LOS ANGELES (DEL 20/07 AL 23/07). DÍA 1.

Nos despertamos y bajamos a desayunar a una crepería cercana al hotel. El dueño es francés y la comida, sobre todo, los bocatas y sandwiches estaban muy buenos. Fue nuestro lugar escogido para desayunar durante toda nuestra estancia en Los Ángeles. La comida estaba muy buena, el personal fue muy simpático con nosotros y encima nos daban la clave de su wifi. 

Tomamos el metro de nuevo y bajamos en la parada del Paseo de La Fama. Lo primero que hicimos fue coger los tickets de 48 horas de buses turísticos que nos venían incluidos en el precio del viaje. Miramos los tours y, en un primer momento, escogimos el tour que iba por todo Hollywood y Beverly Hills. Lo bueno de esta compañía, a diferencia de San Francisco, es que tenían audioguías en distintos idiomas y, por tanto, hasta de la más mínima anécdota que contaban sobre los famosos, nos enterábamos. Lo malo, al igual que pasaba en San Francisco, el horario terminaba muy pronto (a las 5 de la tarde pasaba el último).

Recorrimos los locales y rincones más famosos de Hollywood y el guía iba contando los inicios de los actores y actrices más conocidos, incluso los lugares por los que se dejan ver a menudo. Pasamos por Beverly Hills (para babear un rato viendo los cochazos y las mansiones...) y, ¡cómo no!, pasamos por Rodeo Drive y el famoso hotel donde se rodó la peli de "Pretty Woman".










Cuando llegamos de nuevo al Paseo de La Fama, lo recorrimos entero y tomamos fotos con nuestras estrellas favoritas. También hicimos parada obligatoria en el Teatro Dolby (donde se celebra la ceremonia de los Oscars), para posar en sus escaleras (aunque sin alfombra roja, snif snif). Estuvimos un buen rato en el Teatro Chino, donde están estampadas las huellas de manos y pies de artistas reconocidos a nivel internacional. Allí es donde actualmente se continúan haciendo los estrenos de muchas películas.













No pierdan oportunidad de visitar el centro comercial de "Hollywood and Highlands". Desde una de sus pasarelas se puede sacar una buena foto (aunque poniendo el máximo de zoom) del famoso cartel de "Hollywood", la insignia de la ciudad. Si no tenéis coche que os permita subir hasta el Observatorio Griffith y sacar una foto de más de cerca del cartel, esta no es una mala opción para conseguir una instantánea.



Por la tarde, tras la parada de rigor para comer algo rápido, quisimos hacer un tour por las casas de los famosos. También prometían visita al cartel de Hollywood, o al menos, a tomar fotos del mismo. A menos que seáis unos cinéfilos empedernidos, no os lo recomiendo. La foto del cartel de Hollywood no es mejor que la que podéis sacar gratis desde el centro comercial que os comenté antes. Por otra parte, te van señalando una serie de casas donde viven o han vivido famosos y, salvo alguna excepción, muchas de ellas se veían tan a lo lejos que sólo veías una piscina o un tejado de un determinado color. Nada más. Eso sí, pasamos por la puerta de la mansión playboy (no vimos nada chicos, lo siento) y pasamos también por la casa en donde falleció Michael Jackson. Nos sentimos tan estafados que protestamos y nos devolvieron el dinero.

Esta vez no quisimos llegar demasiado tarde al hotel (por aquello del metro) así que pillamos comida para llevar y cenamos en el hotel tranquilamente. Al día siguiente nos tocaba visitar Santa Mónica y Venice. El primer día nos decepcionó un poco la ciudad. A menos que seas un apasionado del mundillo de la farándula, la ciudad no tiene mucho más que ofrecer, salvo que te metas en algún parque temático. Queríamos darle una segunda oportunidad al día siguiente para conocer la costa.


LUNA DE MIEL. TERCERA PARADA: LOS ANGELES (DEL 20/07 AL 23/07). LLEGADA A L.A.

Madrugamos y tiramos para el aeropuerto en el shuttle que teníamos previamente contratado. Tras la tortura del pesaje y facturación del equipaje (y el pago de los 50 dólares famosos, 25 dólares por maleta) tomamos el vuelo a Los Ángeles.

Los Ángeles es una ciudad enooorme. Tardamos algo más de treinta minutos desde el aeropuerto hasta la llegada a nuestro hotel: El Millenium Biltmore. Si bien tiene 4 estrellas y, aparentemente, la entrada y las zonas comunes son muy barrocas y recargadas, las habitaciones son más bien normalitas y, problema importante: el wifi no es gratis. Te clavan 10 dólares por día. Lo único que tiene, a mi parecer, en positivo el hotel es su ubicación, que está a menos de 10 minutos de una estación de metro. El personal no fue especialmente simpático con nosotros así que poco más puedo comentar que sea positivo o agradable.

Llegamos casi a mediodía, así que, hasta que nos prepararon la habitación hicimos tiempo dando una vuelta por el Down Town (el centro de Los Ángeles). Almorzamos algo ligero en una cafetería cercana al hotel y volvimos a descansar un rato y a echar un vistazo a los mapas para organizarnos un poco.



Aprovechamos la cercanía a la estación de metro para pillar la línea que conducía directamente al Paseo de la Fama. Habíamos pensado dar una vuelta y, al anochecer, cenar por allí antes de retornar al hotel. El trayecto en metro en esa línea cuesta 1,75 dólares por persona así que probamos a ver cuál era el ambiente.

Reconozco que, de no haber ido con Juan Carlos, yo sola quizás no hubiera cogido el metro. Ni sola ni con una amiga. Hay gente de todo tipo pero también hay mucha gente rara. El ambiente que se respira en el metro de Los Ángeles no te da tranquilidad precisamente.

Nos bajamos en pleno centro del Paseo de la Fama (Walk of Fame). Dimos una vuelta cotilleamos un poco. Sacamos algunas fotos.




Decidimos ir a cenar a un mexicano. Estaba muy bien y servían unas margaritas enormes (nada tenían que envidiar a las margaritas de Las Vegas). La comida estaba bastante bien. Hubo algo que no entendimos y es que nos pidieron el carné de identidad al entrar al sitio y, además, cuando pedimos, nos pidieron una tarjeta de crédito que guardaron en una taquilla hasta que terminamos de comer. Supongo que es algo que hacen con todos, no sólo turistas. Tenía pinta de que estaban cansados de aguantar a la gente caradura que va, come, bebe y luego se hace "sin pa" de campeonato. No le dimos mayor importancia. Por supuesto, revisé los cargos en la tarjeta de crédito y no pasó nada anormal.



Volvimos en metro al hotel, no sin poner ojos a todos lados. Al día siguiente nos tocaba hacer el tour completo en bus y ver y visitar los lugares más emblemáticos de Hollywood y Beverly Hills. Habíamos llegado a la meca del cine.
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