Nos levantamos temprano sabiendo el plan que nos esperaba: recorreríamos en bici la Bahía de San Francisco, pasaríamos por Presidio (el parque desde el que se toman las mejores fotos del Golden Gate) y cruzaríamos el puente del Golden Gate para llegar a Sausalito, uno de los pueblos pesqueros con más encanto de San Francisco.
En cuanto llegamos a las oficinas de alquiler pillamos las bicis y salimos a la aventura. Como el paseo el día anterior en bus había sido tan desastroso, ahora con las bicis íbamos a nuestra bola y sacando todas las fotos que nos apetecían. Pasamos por una zona de playa que estaba muy bien y, de hecho, la zona del Presidio, es muy bonita. Cruzar en bici el Golden Gate no tiene nada que ver a cruzarlo en coche... es una experiencia que hay que vivir. Te da mucha sensación de libertad y vas totalmente desligado del resto del tráfico. San Francisco está muy preparada para los ciclistas. Sientes el aire de la bahía en la cara y, al menos yo, me sentía muy bien.
Cuando llegamos al otro lado del puente, también paramos a sacar más fotos. Ya luego sólo quedaba nuestro descenso hasta Sausalito. Sausalito es un pueblo bonito y peculiar. Tomamos las bicis para llegar hasta el final para poder ver las famosas "casas flotantes".
A la vuelta apretamos un poco el pedaleo para llegar a tiempo y tomar el ferry.
Sin embargo, los buses turísticos (al menos los de nuestra compañía) terminaban demasiado temprano y cuando llegamos el último bus ya se había ido.
Cuando devolvimos las bicis, tomamos el tranvía y nos bajamos en el Chinatown para dar una vuelta por sus calles. Al parecer es el barrio chino más grande de los EEUU. Cenamos por allí. Cenamos en un restaurante, de hecho, que por fuera tenía una pinta lamentable pero estaba hasta los topes. Tenían unos menús bastante completos y razonables de precio así que nos decidimos a entrar. La comida estaba muy buena y las raciones eran muy abundantes. Evidentemente, no recuerdo el nombre porque estaba en chino (je,je) pero comimos bien. Y, aunque suene a españolita lo que voy a decir, en el restaurante habían también muchos chinos cenando y eso a los españoles nos da "tranquilidad" ;)
Tocaba volver al hotel y hacer la maleta ya que al día siguiente partíamos hacia Los Ángeles. Nos despedimos, por tanto, de San Francisco.
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