07 septiembre 2015

LUNA DE MIEL. SEGUNDA PARADA: SAN FRANCISCO (DEL 17/07 AL 20/07). DÍA 1.

Nos levantamos prontito con ganas de aprovechar el día. Para desayunar os recomiendo ir a los Wallgreens. No sólo son farmacias/droguerías. Cerca de nuestro hotel había uno gigante con una gran cafetería. Había un poco de todo donde elegir: bocatas, sandwiches (que te calientan a la plancha allí mismo), zumos de naranja natural, zumos, fruta, yogures, cereales, dulces, cafés, y una larga lista de opciones para desayunar. Desayunábamos bien y no lo encontramos caro. También pillamos agua para llevar con nosotros para el camino.

Fuimos a Union Square, desde donde partían la mayor parte de las líneas del bus turístico. La empresa que habían contratado desde la agencia era San Francisco City Sightseeing. La verdad que no quedamos muy contentos. Evidentemente, todo el mundo en un bus turístico quiere ir arriba y al aire libre. Habían colas interminables, sobre todo, a primera hora de la mañana y a última de la tarde. Optamos, ya que el día anterior habíamos ido en el cable car (tranvía), por ir en la parte de abajo en el bus y así no perdimos media mañana allí esperando por un bus para ir en la parte alta. Para colmo, no tenían audioguía en otros idiomas.

Para ese día teníamos previsto un crucero por la Bahía de San Francisco y el Golden Gate. Al llegar dimos una vuelta y fuimos a continuación a por los billetes del crucero. Nos quedaba un ratillo por echar antes de embarcar así que nos acercamos a unos barcos de la Segunda Guerra Mundial que estaban allí atracados y que los han hecho museo, entre ellos, el más conocido, el USS Pampanito.




Había también un pequeño local donde habían máquinas recreativas de todos los tiempos, algunas muy antiguas. Merece la pena echar o dejarse allí algunos dólares, hay algunas bastante originales.



A la vuelta, embarcamos. El crucero estuvo bien (aunque hacía muchísimo viento, tuvimos de nuevo que abrigarnos) y encima tenía audioguía en nuestro idioma, cosa que agradecimos. Nos contaron la historia de la Bahía de San Francisco, del Golden Gate, datos curiosos de su construcción y mantenimiento y pasamos cerca de la isla del Ángel y rodeamos Alcatraz, de la que también nos hablaron y cuya prisión actualmente es un museo.




Al bajar queríamos averiguar si era posible visitar Alcatraz. Había intentado comprar las entradas desde España a través de la agencia y también directamente con la página que vende los tickets pero en verano está complicado. Lo hice con más de un mes de antelación y estaba todo vendido. Preguntamos en un par de puestos pero nos dijeron que estaba todo vendido y que, si quieres visitar Alcatraz, normalmente, los tickets se compran allí in situ con al menos 4 días de antelación. Nosotros, evidentemente, sólo íbamos a estar dos días completos allí así que no pudimos visitar su interior. Me quedó pena porque me han contado que las visitas guiadas en el interior de Alcatraz, sobre todo, las nocturnas, están muy, muy bien.

Queríamos almorzar algo y pillamos algo en la misma Bahía. Hay un montón de puestos en los que la especialidad es el cangrejo. Hacen unos sandwiches a base de gambas, cangrejo, langosta,... Nosotros pillamos uno cada uno para probarlos y, aunque están buenos, a mi particularmente me cansa un poco el sabor. Por otra parte, me atacó una gaviota para arrancarme de la mano medio bocata (jajajajaja) así que hay que tener los ojos bien abiertos por si acaso.




La especialidad allí es la clam chowder. Es una sopa de almejas servida dentro de un pan. Te la vas comiendo con la cuchara y, a la vez, le metes mano al pan que también se come. En un principio me sentí tentada a pillarme una de esas, pero cuando la vi de cerca y vi el color y la textura (y eso que a mi las almejas me encantan) pero me echó "patrás". La sopa en caliente y con esa textura algo gelatinosa me dio un poco de asco, pero para gustos colores. A pesar de que soy buena de boca, hay cosas que no me entran por los ojos y es un NO rotundo, y esto era un buen ejemplo.



Continuamos para tomar la línea del bus que nos conducía a Sausalito. Y ahí viene nuestro segundo descontento con la empresa de buses. Se supone que la línea llegaba a Sausalito. Pues bien, no sólo pillamos hora punta y nos pilló un mega atasco, sino que había que hacer un transbordo que nunca venía indicado en los folletos ni en la información de las líneas así que cuando llegamos al final del Golden Gate después de perder dos horas de nuestro tiempo, el bus da la vuelta y no tira para Sausalito.

¡Menudo cabreo! Fuimos a la oficina a reclamar. Eso sí, una cosa positiva en EEUU es que saben atender quejas y responder a las reclamaciones de los clientes. Teníamos razón y nos lo reconocieron. Les dijimos que habíamos perdido mucho tiempo de nuestro día, que sólo ibamos a estar dos días allí, que queríamos ir a Sausalito y al final ni Sausalito ni nada, sólo habíamos visto el tráfico de San Francisco. Total: nos compensaron regalándonos el alquiler de bici para cruzar el Golden Gate y el billete de vuelta en ferry desde Sausalito. Quedamos conformes.

Nos habíamos pensado en ir al día siguiente a Muir Woods (un bosque, declarado Parque Nacional, de secuoyas gigantes) pero cambiamos el plan sobre la marcha.

Nos volvimos en el tour de bus nocturno que daba una vuelta y pasaba por los lugares más señalados de San Francisco. Bajamos cerca de nuestro hotel. Ya era de noche, así que tocaba cenar algo y recogernos para aprovechar el día siguiente. Quedaban muchas cosas por ver aún de San Francisco.




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